Para ser madre no son suficientes nueve meses para
garantizar una maternidad sana y feliz. Puede ser que biológicamente la mujer
esté madura para concebir un hijo, pero
la formación va más allá. No basta un óvulo fecundado en las
mejores condiciones, es necesario concebir primero en el alma y en el corazón.,
allí deben anidar los valores perennes
que han de acompañar al hombre y a la mujer a lo largo de su existencia. Por eso cuando
alguien pregunta cuánto tiempo es necesario para la formación de un hijo,
yo le digo. Toda la vida, por
eso hay que pensar mucho antes de procrear
un ser que no ha pedido
venir a este mundo.
Hoy, día de la
madre, felicitamos a todas aquellas
mujeres que han asumido con amor
y responsabilidad el don de la
maternidad. Por eso, desde hoy, toda mujer que quiere sentirse bendecida y elegida para ser madre
debe cuidar: Sus manos, mantenerlas puras y limpias para poder acariciar y
bendecir a su futuro hijo. Que
nunca ellas toquen nada impuro ni
manchado.
Sus pies deben caminar siempre por el sendero del bien, por caminos justos y rectos por donde en
un futuro puedan conducir
sin dudas ni temores a sus
hijos.
Su mirada debe ser limpia, transparente como un lago en donde se refleje
la bondad de Dios.
Sus labios solo deben
pronunciar palabras de verdad, que nunca haya en su boca mentira ni engaño,
tampoco palabras vulgares, porque el eco de
sus frases quedará grabado en la distancia.
Que su mente esté
siempre llena de armonía y equilibrio; que en ella aniden las mejores
ideas; que más tarde, con el tiempo los ojos de sus hijos puedan asomarse a las ventanas de alma y allí
puedan ver las más consolidadas
virtudes.
Que su vientre
esté siempre sano y puro, para cuando Dios quiera que allí germine la vida.
En este día en el
cual el comercio aprovecha para vender los mejores regalos que solo las
madres ricas reciben, quiero hacer llegar mi mensaje a las madres
del presente y de futuro, a las jóvenes que por primera vez acunan en su vientre la pujante vida; a quienes
ya han vivido esta hermosa
experiencia y a las que aún sueñan con prolongar la vida dentro de su ser.
¡Felicidades para todas!
Que Dios y la Santísima Virgen, modelo de madre, las abrigue con su
manto de amor y les ayude a cumplir su más genuina y auténtica Misión
de Madres.
Sor Nubia Marín.
OP.
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